martes, 15 de mayo de 2012
Urdan y el cazo mágico
Hace muchos años, en un país muy muy lejano vivía un gracioso rey, simpático, audaz y al que le gustaban mucho los animales.
Este gracioso rey tenía tres hijos: Philip, único varón y futuro rey de este lejano país. Eleanor, hija mayor, infeliz y menos afortunada(en varios sentidos) pero mimada en exceso por otro lado. Y por último Crisalida; guapa, lista y casada con un apuesto caballero perteneciente a la nobleza del lugar: Don Ignacio de Urdan, de los Urdanes de toda la vida y protagonista de este cuento.
Resulta que, después de ilustrarse en varias disciplinas solo aptas para gente de alta alcurnia e incluso siendo dotado él y su esposa con el ducado de una isla perteneciente al reino, un buen día se topó en su camino con un bonito cazo muy atrayente y misterioso. Al instante ese extraño objeto de orfebrería le deslumbró y decidió llevárselo a su palacio descubriendo, poco tiempo después, algunas de las propiedades mágicas que tenía dicha pieza. Cada vez que metía dentro de él cualquier moneda de oro o cualquier otra cosa que tuviese cierto valor el cazo en cuestión lo duplicaba por cien. Que digo por cien. . . .por doscientos..... incluso por mil!
Tal descubrimiento y acontecimiento extraordinario le llevó a relacionarse y tener varias andanzas con ciertos malhechores muy conocidos por esos lares y el señor de Urdan fue pillado llevando a lejanos paraísos de bosques y parajes fiscales unas cuantas bolsas con muchas monedas de oro, resulta de sus trapicheos a lo largo de todo el reino con esos malvados truhanes.
Por este motivo, el apuesto esposo de la princesa Crisalida estuvo algún tiempo preso en las mazmorras del castillo con lo que y a un día de regresar a la corte, el rey tuvo a bien prepararle una sorpresa de bienvenida y para ello hizo llegar a palacio a la mujer que mejores fiestas organizaba en todo el lugar e incluso a mil kilómetros a la redonda: Lady Penny.
Los festejos que preparó fueron sencillos y como era habitual en ella muy originales.
Todos los adornos se hicieron con flores de papel, encargo hecho a famosos artesanos de la zona. Cosa sencilla pero bonita y con poco valor para evitar así cualquier tentación por parte de Urdan de apropiarse de ellas y volver a sacar beneficios, uniéndose otra vez con bandidos de grandes bigotes o con ciertos regentes de islas cercanas al reino y pertenecientes a su preciado ducado.
En varias zonas de palacio, entrada, jardines y alrededores, se colgaron banderines de colores rojos, amarillos y morados. Convenía que todos los miembros de la realeza estuviesen alerta y así, viendo esos colores, no se relajarían ni se olvidarían de sus funciones "reales" para no volver a meter la pata; haciendo con esto especial hincapié en el nieto mayor del rey de este reino muy lejano y engalanándole de arriba a abajo con esos tres colores. Era el menos indicado para meter "la pata". . . .
Para los niños hubo chuches, juegos y para que estuviesen entretenidos contrataron varios juglares y bufones llegados de todas partes del mundo. Muchos de ellos escenificaron para los más pequeños algunas de las obras de Sir Walt Disney, famoso cuentista llegado hace tiempo de unas tierras extrañas llamadas Las Americas y muy conocido por sus entrañables historias. La mayoría de esas obras trataban de las andanzas de simpáticos animalitos, relatos que a todos los niños gustaban mucho (y a los de esta familia más) como por ejemplo: El vaquilla. . . El torete. . . Perros callejeros. . . . Dumbo. . . . .
Fuera, en los jardines de palacio, pusieron de árbol en árbol varias cuerdas de tender ropa con muchas pinzas de mil colores (si, ya había pinzas en aquella época, o al menos en mi cuento que para eso es mío) a cada cual más bonito y llamativo.
La idea era muy sencilla: una especie de juego en el que cada uno podría colgar de esas cuerdas todos los trapos sucios que tuviesen.
Lógicamente unos necesitaron más sitio y más pinzas que otros, pero la experta Lady Penny lo tuvo todo en cuenta y hubo pinzas y cuerdas de sobra para todos.
Lo mismo que conseguir los mil colores. ¡Que difícil! Solo se le ocurría a ella querer tener mil colores diferentes. Aún así los tuvo pero con la ayuda del gran ilusionista Pantone, mago del reino de Titanlux.
Por supuesto todos estos festejos duraron varios días, con comida y bebida en abundancia y fueron recordados en el lugar durante muchos años después pues menuda trompa agarró el abuelo, usease el rey!
Tras todas las celebraciones el duque de Urdan, su esposa e hijos se trasladaron con el famoso cuentista Sir Disney a algún lugar de esas extrañas Americas siguiendo una vida austera, discreta y no sabiéndose nunca nada más de él ya que se creía injustamente encarcelado y manteniendo en todo momento su inocencia, dando lugar así a la tan conocida y utilizada frase: "tienes más cuento que calleja".
Y desde entonces, como en todos los finales de los cuentos, Urdan, la princesa Crisalida y sus hijos fueron felices y comieron. . . . . . todo lo que cazaba el rey.
. . . . . . Colorín colorado. . . . este cuento es inventado.....o no.
¿FIN?
Moraleja: La avaricia rompe el cazo.
Lady Penny
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Lady Penny qué cuento más bueno, qué imaginación tan bien alimentada la suya, ¿a quién se le ocurriría que el yerno de un rey pondría en jaque a la familia que lo cobijó por unas cuantas monedas que ni falta le hacían? ¿a quién? ¿a ver?... ups...
ResponderEliminarYa sabes querida Lady Marga que casi siempre la realidad supera la ficción y en esta historia, cualquier parecido con eso, con la realidad, es pura coincidencia....o no.
ResponderEliminarLady Penny, por eso me gustan más los cuentos, los tuyos, los de Driver, los de Leles, los de Tomae y los míos... :-))
ResponderEliminarQuiero los derechos de autor!!!
ResponderEliminar. . .has llegado tarde. . .Llevo tiempo revoloteando encima de ellos. Je Je Je Je. . . .
ResponderEliminarPues el caso es, y perdona la tontería, que tu cuento me ha abierto el apetito.
ResponderEliminarMe apetece..., ¡no se, no se!
¡A sí!
Un bocata de "finuras ibéricas sazonadas con especias, en suave presentación loncheada al estilo monárquico", oséase, bocata de "chor-i-zo".
...
Sí, se queda uno a gusto cuando lo dice.
Pues me parece que con el protagonista tienes para un monton de bocatas de CHO-RI-ZO!
EliminarUff, es verdad que se queda una agusto!
...yo recuerdo cuando nació el de todos los santos, o su hermana... Bueno el caso y ya que has mecncionado a y cito y entrecomillo (y copipopego) "Eleanor, hija mayor, infeliz y menos afortunada(en varios sentidos)" ; el papi marichali comentó : "Por suerte se parece más a su madre que ha su padre" (las comillas las pongo porque lo dijo el marichali)
ResponderEliminar...¡qué familia!
Si!! Pero eso lo dijo después de que con el primer retoño dijera: "se parece mucho a su madre, el pobre"
ResponderEliminar"El pobre"!!!!!!
Menos mal que luego Don Urdan le ha hecho bueno al pobre marichali.....